Yo fui educado con odio
y odiaba la humanidad
un día me fui con los hippies y
tuve un amor y también mucho más.
Ahora no estoy más tranquilo,
y ¿por qué tendría que estar?
Todos crecimos sin entender
y todavía me siento un anormal.
Hoy pasó el tiempo,
demoliendo hoteles
mientras los plomos juntan los cables
cazan rehenes.
Charly García, Demoliendo hoteles, Piano Bar, 1984.
_____________________________________________
Il ne me reste que cela,
une vitalité désespérée.
Passolini, cité par Bachelard, conférence sur L’air et les songes, 1943
___________________________________________________________
Eso es lo que queda,
aventarse contra las paredes,
intentando salir, pero no puedes,
porque hay una puerta,
pero está cerrada,
hay amarras,
aunque los nudos no se vean,
aunque haya cuatro muros blancos
y un trampolín de piso,
hay un techo que no te deja volar,
y habrá que romperlo a dentelladas,
con los puños o a patadas,
Porque es un hotel lleno de dentistas
que te quieren sacar todas la muelas,
todos los sueños con sacacorchos,
tratando de adormecerte con el cloroformo
de una vida de trabajo
para comprar cosas inútiles,
que muchas veces ni siquiera se pueden tocar;
o bien negándote la posibilidad
de pagarte tu pan
para que, mientras buscas la plata,
no salgas de esa pieza
con tus ideas de carnavales,
de justicias, de delicias de mejores días,
sin miserias innecesarias, ni hambres,
ni hombres que quieren todo,
para que los otros no tengan nada,
y ser ellos los reyes.
El que ha hecho daño, lo sabe,
y teme sobre todo la venganza,
regicidio,
la esperanza
de los otros,
de verlo morir,
de verse volar
y poder comer.
Preparar el salto con dos vuelos,
con dos o tres duelos,
con una pizca de dolor de muelas,
con ampollas en las suelas,
zapatos-pies,
del suelo elástico,
trampolín,
tanto han ido los pies al cántaro,
y éste al agua-salto
que alguna pared acabará por romper
la cabeza, o ésta, una pared.
Azotar el cuerpo,
aunque sea por un momento,
mejor que vivir encerrado,
hay un trampolín,
error táctico
de los que quieren encerrarnos,
porque en unos cuantos miles de años
se habrá mutado,
para volar.
La vitalidad desesperada,
la animalidad encarnada
con una pizca de instinto,
para crear mil intentos,
diez mil estrategias,
para encontrar las fisuras,
los nervios de los cimientos
hasta demoler todos los hoteles,
las cárceles, las murallas,
las fronteras humillantes,
dique de los migrantes,
que sólo quieren vivir mejor,
aunque no sea en casa.
si algo no sirve, hay que empezar
desde antes,
si algo no sirve, no lo arregles
y sigue demoliendo los hoteles
como hacía Charly García.
Vitalidad desesperada,
pared en llamas,
con las palmas desgarradas
que se frotaron hasta el incendio.
Vitalidad desesperada,
la voluntad amurallada,
que no se deja amedrentar
por la idea abstracta del capital.
¿Cómo le digo a mi abuelo,
cómo le digo a mis muertos
que trabajaron tanto
para dar sustento
a los que salieron de su encuentro,
esperando que el mundo fuera menos cruento
y que sus vidas bastaran para paliar
el hambre y el viento,
la lluvia y eso que llaman infierno,
cómo les digo que no basta?
¿Cómo les digo que eso no existe
que la realidad
es eso que llaman dinero,
pero que ya tampoco es un objeto?
¿Cómo le digo a mi viejo
que gracias a su claridad
comprendo lo que comprendo
y no me tambaleo
en la marea,
sé que la luna tiene algo que ver,
que gracias a lo que hizo,
del hambre al hombre
con la dignidad que debe tener
y cultivando y enseñando a cultivar flores,
que es difícil saberse tan pequeño
ante tantos enemigos,
ante tantos desafíos,
ante los rìos tormentosos
de hombres poco generosos
que pueden ver morir a otros
sin cerrar los ojos?
No se puede,
porque la vitalidad desesperada
nos invade,
el trampolín rechina,
con un tempo lento,
salto-viento,
contento,
confiado,
confianza,
confundido
por los golpes de la cabeza
contra el muro frío,
salto-río,
corriente,
desafío,
con la puerta a la otra orilla,
como un cascarón, cabrón,
renaceré para sacarte los ojos,
mil veces,
hasta que aprendas a vivir en paz,
dejando brotar lo que nos hace humanos,
para comer con las manos,
las mejores delicias,
¿para eso lo querías?
¿No sabías que los puercos
no tienen pulgar antepuesto?
Apuesto que no en supo a gran cosa,
la belleza
escurre por las pezuñas,
es sabido,
ve a tu cuchitril,
y déjanos en paz,
demoleremos éste hotel de locos.
________
Y aquí el video que inspiró en gran parte éste poema, Yoahn Bourgois, Cavale